La esquina de los Alvarez
Esta es parte de la historia de mis raíces... y con todo el afecto del alma.
Alguna vez hice un viaje a la tierra de mis mayores, adonde mis raíces. No fue turismo. No fue curiosidad. Fue otra cosa. Algo personal, íntimo, que toca lo más profundo de uno. En la llegada a España, en acercarme a Lugo, en las cercanías de Fonsagrada, en el camino a Arquide, lloré. Sí, no me podía contener. Era algo que me decía "dejate de embromar y anda..." pero no era posible.
Llegaba a la tierra de mi padre con todas las comodidades, hotel de muchas estrellas, auto, avión, ropa para no sentir frío... A esa tierra en la que él se fue con hambre, frío, pero con una esperanza. Quizá teníamos en común la lágrimas: las de él de bronca, de pena, de morriña, de revancha. Yo de emoción por volver al lugar que él nunca pudo volver. Y que si bien de palabra maldecía la tierra que le negó todo, de alma la amaba. Profundamente. Me lo transmitió en forma viva, sin una palabra.
¡Como aman su terruño los gallegos que conocí!. Tierra dura, hosca, difícil, montaña. Será por eso su amor profundo. Sin querer, me entraba en la cabeza esa canción de Julio Iglesias, esa del Canto a Galicia y la vivía. Es así, es algo demasiado especial; claro nos unía a esa tierra: mi padre.
Ver esas montañas, ver ese puerto del que despidió para siempre de la pobreza que lo corría, pero que lo separaba para siempre de lo suyo. Sentía una presión especial en mi alma. Ver esa iglesia donde lo habrán bautizado, o en días de fiesta había ido a misa y también a despedirse. No era cercana a su aldea. Pero esos hitos, los hizo. Lo sé. Las paredes de esa pequeña iglesia me lo contaron.
¡Esa aldea! Arquide. Perdida entre las montañas. En un rosario de pequeñas aldeas. ¡Conocí la aldea! ¡Conocí su aldea! Conocí la casa donde nació! Qué igual que es aún, a pesar de tener caminos, luz, teléfono, televisión satelital... Tal como habrá sido en el 05 cuando nació o en el 25 cuando él se vino. Solo alguna cosmética adicional. Lo esencial, igual. La gente, igual… ¡Si allí estaban Balbina, Josefa, Consuelo, Adela, Filomena, todas mis tías! Como las conocí acá, en este mismo lugar donde lee esto. Y que no decir de los varones Alvarez. Sí! Anibal, Eustasio, José, Marcial… Los que acá vivieron, ¡estaban allá!
Y esas montañas que atrapan. Tienen un algo especial. ¡Qué duro será vivirlas, aún hoy! Y lo será pues no quedan jóvenes en esa aldea, ni en ninguna. Los jóvenes estaban como yo, sacando fotos como facturaban al cerdo... De paseo. Los mayores hacían lo que los Alvarez hacían antes allá y acá. El rito, la tradición de carnear al cerdo para obtener sus productos. Que el campesino gallego no se quedaba más que con el tocino -con suerte- porque lo demás lo vendía para poder comprar alguna harina. Era toda su comida. Lo que hoy quizá comemos en un fino restaurante como plato especial, era su comida. Tocino, algún bollo de pan, castañas caídas al piso. ¡toda la dieta!. Y con suerte algún nabo gallego, de esos que no pueden vender...
Y sí. La vida de la aldea. Se transmite. Al llegar al cruce para entrar, veo un hombre con su bicicleta, escalera y ropa de trabajo de no más de 40 años… ¡Y conocía la historia de mi abuelo y de mi padre!!! De lo que pasó con la Casa da Pedra, que era donde vivían…la Casa de los Feixóo… Él no conoció a nadies de la familia, pero los conocía en detalle a todos y cada uno.
Como los conoció Francisco, de la aldea vecina. Hombre de no menos 90 años. Y con lujo de detalles relató la historia de los Alvarez , que coincidía maravillosamente con la que yo conocía.
Y me volví, dejando a mis espaldas la también mi tierra. En ese paisaje de montañas, bosques y valles. Manejaba el auto y sentía en mi alma ese “Teño morriña, teño saudade, porque estou lonxe de eses teus lares...”
Y mi padre, su padre Don Pedro y Antonia mi abuela, y los hermanos y hermanas se fueron viniendo de a uno a esta tierra. Luego de algún paso por el campo en Camet, sentaron base en los confines de la Mar del Plata de los 30’s. En esta esquina. Y en este edificio que supo ser la escuela hoy reubicada a media cuadra, iniciaron la carnicería, el Mercadito 9 de Julio de Alvarez Hnos. La carnicería de los Alvarez para el barrio, con su teléfono 21083…
Y Don Aníbal fundó su familia. Por eso escribo estas línes de recuerdo y respeto. No nostalgia, sino amor por esos inmigrantes que con su esfuerzo, culto al trabajo, en silencio y con abnegación, pusieron su granito de arena en estas playas marplatenses.
Alguna vez hice un viaje a la tierra de mis mayores, adonde mis raíces. No fue turismo. No fue curiosidad. Fue otra cosa. Algo personal, íntimo, que toca lo más profundo de uno. En la llegada a España, en acercarme a Lugo, en las cercanías de Fonsagrada, en el camino a Arquide, lloré. Sí, no me podía contener. Era algo que me decía "dejate de embromar y anda..." pero no era posible.
Llegaba a la tierra de mi padre con todas las comodidades, hotel de muchas estrellas, auto, avión, ropa para no sentir frío... A esa tierra en la que él se fue con hambre, frío, pero con una esperanza. Quizá teníamos en común la lágrimas: las de él de bronca, de pena, de morriña, de revancha. Yo de emoción por volver al lugar que él nunca pudo volver. Y que si bien de palabra maldecía la tierra que le negó todo, de alma la amaba. Profundamente. Me lo transmitió en forma viva, sin una palabra.
¡Como aman su terruño los gallegos que conocí!. Tierra dura, hosca, difícil, montaña. Será por eso su amor profundo. Sin querer, me entraba en la cabeza esa canción de Julio Iglesias, esa del Canto a Galicia y la vivía. Es así, es algo demasiado especial; claro nos unía a esa tierra: mi padre.
Ver esas montañas, ver ese puerto del que despidió para siempre de la pobreza que lo corría, pero que lo separaba para siempre de lo suyo. Sentía una presión especial en mi alma. Ver esa iglesia donde lo habrán bautizado, o en días de fiesta había ido a misa y también a despedirse. No era cercana a su aldea. Pero esos hitos, los hizo. Lo sé. Las paredes de esa pequeña iglesia me lo contaron.
¡Esa aldea! Arquide. Perdida entre las montañas. En un rosario de pequeñas aldeas. ¡Conocí la aldea! ¡Conocí su aldea! Conocí la casa donde nació! Qué igual que es aún, a pesar de tener caminos, luz, teléfono, televisión satelital... Tal como habrá sido en el 05 cuando nació o en el 25 cuando él se vino. Solo alguna cosmética adicional. Lo esencial, igual. La gente, igual… ¡Si allí estaban Balbina, Josefa, Consuelo, Adela, Filomena, todas mis tías! Como las conocí acá, en este mismo lugar donde lee esto. Y que no decir de los varones Alvarez. Sí! Anibal, Eustasio, José, Marcial… Los que acá vivieron, ¡estaban allá!
Y esas montañas que atrapan. Tienen un algo especial. ¡Qué duro será vivirlas, aún hoy! Y lo será pues no quedan jóvenes en esa aldea, ni en ninguna. Los jóvenes estaban como yo, sacando fotos como facturaban al cerdo... De paseo. Los mayores hacían lo que los Alvarez hacían antes allá y acá. El rito, la tradición de carnear al cerdo para obtener sus productos. Que el campesino gallego no se quedaba más que con el tocino -con suerte- porque lo demás lo vendía para poder comprar alguna harina. Era toda su comida. Lo que hoy quizá comemos en un fino restaurante como plato especial, era su comida. Tocino, algún bollo de pan, castañas caídas al piso. ¡toda la dieta!. Y con suerte algún nabo gallego, de esos que no pueden vender...
Y sí. La vida de la aldea. Se transmite. Al llegar al cruce para entrar, veo un hombre con su bicicleta, escalera y ropa de trabajo de no más de 40 años… ¡Y conocía la historia de mi abuelo y de mi padre!!! De lo que pasó con la Casa da Pedra, que era donde vivían…la Casa de los Feixóo… Él no conoció a nadies de la familia, pero los conocía en detalle a todos y cada uno.
Como los conoció Francisco, de la aldea vecina. Hombre de no menos 90 años. Y con lujo de detalles relató la historia de los Alvarez , que coincidía maravillosamente con la que yo conocía.
Y me volví, dejando a mis espaldas la también mi tierra. En ese paisaje de montañas, bosques y valles. Manejaba el auto y sentía en mi alma ese “Teño morriña, teño saudade, porque estou lonxe de eses teus lares...”
Y mi padre, su padre Don Pedro y Antonia mi abuela, y los hermanos y hermanas se fueron viniendo de a uno a esta tierra. Luego de algún paso por el campo en Camet, sentaron base en los confines de la Mar del Plata de los 30’s. En esta esquina. Y en este edificio que supo ser la escuela hoy reubicada a media cuadra, iniciaron la carnicería, el Mercadito 9 de Julio de Alvarez Hnos. La carnicería de los Alvarez para el barrio, con su teléfono 21083…
Y Don Aníbal fundó su familia. Por eso escribo estas línes de recuerdo y respeto. No nostalgia, sino amor por esos inmigrantes que con su esfuerzo, culto al trabajo, en silencio y con abnegación, pusieron su granito de arena en estas playas marplatenses.
Comentarios
PODER VOLVER A LA TIERRA DONDE NACIO TU PADRE ES VERDADERAMENTE EMOCIONANTE, PODER VER LA CASA DONDE NACIO, LA IGLESIA DONDE FUE BAUTIZADO Y TAMBIÉN EL PUERTO DONDE PARTIO HACIA UNA NUEVA Y BUENA VIDA.
NACIO UN 25-6 CREO, ALLA, EN SU TIERRA. SE VOLVIO UN DÍA DE ENERO, PLENO VERANO ARGENTINO. VOLVIO A SU PUEBLO, VOLVER A VER A SU GENTE. SUS HERMANOS, PADRES, TIOS, PRIMOS.
ES HERMOSO EL TEXTO "LA ESQUINA DE LOS ALVAREZ".
A VECES PIENSO QUE ME GUSTARIA TRAERLO DE VUELTA PARA DISFRUTARLO UN POCO MAS. HABLAR CON ÉL. QUE ME CUENTE SUS HISTORIAS DE CUANDO ERA JOVEN Y QUE SE TUVO QUE VENIR A ARGENTINA ESCAPANDO, COMO DECIS DEL HAMBRE. QUIERO QUE ME CUENTE SU HISTORIA, DE COMO LA CONOCIO A LA ABUELA. QUE ME HABLE. VERDADERAMENTE LO EXTRAÑO MUCHO!!!!! ES ALGUIEN QUE ME GUSTARIA SENTARME A TOMAR UN MATE CON BISCOCHITOS Y HABLAR.
SE FUE CUANDO TENIA 9 AÑOS. ERA MUY CHICA. AHORA CON 31, CASADA Y CON UN HIJO, QUIERO QUE CONOZCA A SU BISNIETO. ES HERMOSO. ¿SE PARECERA EL BISNIETO A ANIBAL PADRE?. CREO QUE SI!!! Y TAMBIÉN SE PARECE A SU ABUELO, ANIBAL JR.
GRACIAS. ME ENCANTO
CECILIA
mcecialv@gmail.com
SE ME ESCAPÓ UNA PEQUEÑA LAGRIMA DE EMOCION, DE AMOR AL PUEBLO DONDE NACIÓ, DONDE SE CRIÓ, DONDE ESCAPÓ EL ABUELO DE LA HAMBRUNA Y DEL FRIO PARA IR A LA ARGENTINA Y PODER VIVIR UNA VIDA MEJOR Y FORMAR UNA FAMILIA. A LA QUE HOY ES UNA FAMILIA HERMOSA.
LAMENTABLEMENTE, ALGUNOS SE FUERON YENDO DEL ENTORNO FAMILIAR, OTROS FALLECIERON, PERO LA MISTICA ALVAREZ SIGUE INTACTA. SIGUEN LOS HIJOS Y LOS NIETOS (AQUELLOS QUE LLEGAMOS A CONOCERLO BIEN)Y QUE TENEMOS MEMORIA DE HABERLO VISTO BIEN.
A VECES ME GUSTARIA PODERLO TENER EN NUESTRA EPOCA PARA QUE PUEDA CONOCER A SUS BISNIETOS, QUE PUEDA VIVIR EN EL 2010. PERO SEGURO SE MORIRIA DE UN GRAN SUSTO EN LA EPOCA EN QUE VIVIMOS, DESPOTRICARÍA A CADA MOMENTO, CON LOS GOBERNANTES, EL PRECIO DE LA CARNE, DE TODO!!!!
COMO ME GUSTARIA TENERLO PARA DISFRUTARLO MAS.
A VECES ME GUSTARIA PODERLO TRAER Y QUE ME CUENTE SUS HISTORIAS, ANCECDOTAS, SU VIAJE QUE SE HIZO DESDE SU TIERRA HASTA LA ARGENTINA PARA VIVIR MEJOR, DONDE SE CASÓ, FORMO SU HERMOSA FAMILIA Y DONDE TUVO A SUS 7 NIETOS. Y QUE TAMBIÉN ME CUENTE SU SENSACION, CUANDO NACI. CUANDO NACIO SU PRIMER NIETA. HABRA SIDO UNA EMOCION GRANDE.
PERO... LA HISTORIA PASA, ALGUNOS SE FUERON, OTROS LOS LLAMO SAN PEDRO, PERO LA MISTICA QUEDA. ACA ESTAMOS LOS HIJOS, LOS NIETOS Y LOS BISNIETOS PARA HACER LA HISTORIA QUE EL ABUELO ANIBAL EMPEZO A ESCRIBIR CUANDO VINO A LA ARGENTINA A HACER PATRIA